miércoles, 29 de diciembre de 2010

Fan.

Me llamo Juan, pero todo el mundo me ha llamado "Fan" toda la vida. A veces lo escribo con “a” y a veces con “u”, Fun. A fin de cuentas, se pronuncia igual y es lo mismo: soy seguidor de lo que me divierte y me divierto siendo seguidor.
La música me cambió la vida con once años gracias a los discos de mi hermana mayor. Me dio una identidad. Me transportó a un lugar mejor. Me hermanó con gente con la misma pasión que yo. Actuó de bálsamo con los conflictos con mi viejo y con los gilipollas del barrio. Traté de tocar algunos instrumentos, pero rápidamente me di cuenta de mi imposibilidad para crear música; no así para defenderla y difundirla. De esa época data mi famoso programa musical de una hora, Sábado Sound, en la radio local. Conocí a Carmen cuando empecé a trabajar en la discográfica indie que estaba a dos pasos de su pelu. Apenas vendíamos discos, pero éramos los mejores. Los más currantes.
Pocos años después, no quedaba nadie en el negocio musical que no conociera mi determinación a la hora de pelear por mis bandas. Entonces nació nuestra hija Janis y acepté por fin la oferta de la multi. Puse el mismo empeño en currarme artistas tanto si me gustaban como si no. Hubo artistas que me habían gustado siempre que me parecieron capullos integrales. Y viceversa. Y viceversa de viceversa también. Un año de esos cumplí mi sueño: coordiné el lanzamiento y la gira por España de AC/DC. Meses después nació nuestro hijo Angus.
Ahora, a mis 42 palos, me han echado de la compañía. No se venden discos. Anoche, en la cama, Carmen me dice: “Gordo, de haberlo sabido, anda que no te habrías preparado para otra cosa, ¿eh?”. “Mira, chata”, contesté, “con la música me pasa como contigo. Lo viviría todo otra vez sin cambiar un solo segundo”.






R.P.

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